miércoles, 15 de junio de 2022

Arte

      Desde hace tiempo hay un debate abierto en canal sobre los toros y yo al menos no vislumbro cuando se cerrará. La cuestión es si el toreo es un arte o no. Desde que Curro Cúchares se hizo un nombre en la tauromaquia allá por el siglo XIX se llamó a esto de lidiar un toro "el arte de Cúchares"... hasta la aparición de este torero las faenas de muleta no existían: los toreros se limitaban a dar cuatro trapazos en la cara del astado para igualarlo y, enseguida, entrar a matar. Curro Cúchares supuso una revolución y sentó las bases de la forma de torear que ha llegado a nuestros días. No sé si alguna vez se cerrará este debate pero de lo que sí estoy seguro es de que si dejaos el tema en manos de los políticos puede pasar cualquier cosa.

     Desde aquí os invito a abrir otro debate también con el arte como telón de fondo... Hoy en la radio he oído a un político decir que "gracias a la nueva normativa los niños de 11 a 14 años podrán practicar el arte del boxeo". Pues otra vez la cabra al monte: unos dirán que si Cassius Clay (Muhammad Alí, que bailaba como una mariposa y "picaba" como una avispa), que si George Foreman (este no "picaba"... daba martillazos), que si los españoles Pepe Legrá y Pedro Carrasco o los pesos pesados Urtaín y Evangelista... Pero llamarle arte al intercambio de guantazos entre críos de secundaria es, como poco, osado... y más si empezamos por dudar de si la actividad pugilística se puede catalogar como deporte.

      Y es que últimamente parece que todos somos artistas y que rezumamos arte por todos los poros. No veo lejos el día en que aparezca un Licenciado en Escatología y nos diga que también es arte la expulsión intempectiva (sonora o no, pero siempre olorosa) de aire corrupto por vía anal.

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