martes, 29 de noviembre de 2022

Anomalías

      Ha sido empezar a rodar el balón en Qatar (con q para evitar malentendidos) y he podido constatar muchas rarezas, Los mundialistas patean al balón, con mayor o menor acierto, en otoño,,, y no es que yo tenga nada en contra de la estación de la rima soez pero...

     La asistencia a los estadios también es anómala: los qataríes abandonan las gradas masivamente juegue o no su equipo, las cifras de audiencia no cuadran (estadio Lusail: capacidad 80.000, asistencia 89.300)... y en la zona noble de la grada siempre hay butacas vacías pero...

     Todos los estadios son de nueva construcción y, como es normal, les han puesto nombre: Al Bayt, Khalifa, Al Thumama, Ahmad bin Ali, Lusail, Education City, Al Jamid y, la rareza, 974. Parece que uno hace alusión a un árbol, otro a la hospitalidad, el del nombre en inglés está claro, y ¿el número? Extraño... Miré en Google por si los hijos de Alá habían hecho algo notorio en ese año y, harto de hacer cábalas, escuché a un comentarista decir que 974 es el número de contenedores utilizados en su construcción y en su posterior deconstrucción... de los ocho recintos deportivos sólo quedará uno para ese uso pero con la mitad de aforo. Es cierto que poner un número a un estadio es algo innovador aunque podían haberle llamado "Arco iris" que es armonioso y bonito pero...

     En cuanto al colectivo arbitral decir que a Qatar han ido cuatro mujeres que, hasta ahora, sólo han ejercido de cuarto árbitro... Se imaginan a la árbitra Stephanie Frappard pitando el partido inagural, mandando sobre 22 hombres? Ella hace su trabajo mejor que muchos hombres pero...

     También ha surgido un coro de voces, al vaivén de los medios de comunicación y de los políticos, denunciando a la monarquía qatarí... que si la legislación anti LGTBIQ+, que si la legislación laboral esclavista, etc. pero... ¿esto no se sabía en 2010 cuando eligieron la sede del mundial? Está claro que no estamos viendo un campeonato de fútbol en sentido estricto si no que es un espectáculo creado para mayor gloria de Qatar exclusivamente. Los únicos que alzaron la voz contra la artera y fraudulenta designación del país árabe fueron los EEUU... El FBI tiró de la manta, vio colillas y dijo: "aquí han fumao". Josef Blatter y Michel Platini, mandamases de FIFA y UEFA respectivamente, inhabilitados por corrupción; Nicolas Sarkozy, otrora jefe de los galos, duplicó el precio de venta del PSG y , mientras tanto, el emir con la faltriquera abierta regando el Eliseo con petrodólares... Eliseo significa "Dios es mi salvación" pero...

lunes, 28 de noviembre de 2022

Utopía (2)

      Decía Lope en el Siglo de Oro que un tal Violante lo había puesto en un aprieto por la minucia de un soneto... Si en aquellos tiempos llega a tener conocimiento con Txema, JD de LCyL, hubiera embarcado para Indias al día siguiente; porque no contento con mis desvaríos utópicos me reta a que rice el rizo: ¿y si alguna criatura de esa sociedad sin castigos no quiere ser reeducada? Lo pensé y callé: la expresión era tan enormemente soez que aquí no tiene cabida y, por tanto, vamos a darle al magín y continuemos inmersos en la utopía de la utopía...

     No es plato de mi gusto pero tengo que reconocer que Francia, pueblo chauvinista donde los haya, me ha dado la solución... En plena revolución (1793) lanzaron al mundo el lema por antonomasia (signifique lo que signifique antonomasia): liberté, egalité, fraternité. Y estos tres conceptos serían de aplicación a los sujetos que se muestren reacios a la reeducación. Libertad porque dichas criaturas podrían elegir si asistir o no a los programas de reeducación: no debemos ir contra la voluntad de los individuos toda vez que si obligamos a alguien a hacer algo es como si no lo hiciera y no tendría ningún sentido. Igualdad porque dichos sujetos seguirían siendo miembros de la sociedad. No tiene sentido confinarlos: si quitamos de nuestro lado lo que no nos gusta estaríamos abocados a una sociedad totalitaria. Y con la fraternidad "vuelve la burra al trigo", es decir: la tercera pata del lema revolucionario sería, aplicando cierto reduccionismo, la misma solución de la primera utopía... no hay mucha diferencia entre tratarse como hermanos y que nuestras relaciones se guien por el respeto y la empatía.

jueves, 17 de noviembre de 2022

Utopia

       ¿Cómo sería nuestra sociedad si elimináramos los castigos? De entrada es necesario señalar que para responder a esta pregunta tendríamos que navegar por el inmenso océano de la utopía... y no puede ser de otra manera pues, nuestro Código Penal, por una aviesa mirada, te enreda en una vorágine de togas que provocará que utilices gafas de sol el resto de tus días. La regla de tres es fácil: si no existe el Código Penal no hay delitos y si no hay delitos no serán necesarios los castigos. Pero... ¿cómo se podrían corregir las posibles desviaciones de conducta de las criaturas? En primer lugar los centros penitenciarios no tendrían razón de ser y podrían destinarse a lugares de ocio para uso y disfrute de la ciudadanía... y también habría que reciclar a los funcionarios de prisiones que pasarían a ser psicólogos tras un breve paso por la Universidad... lo cual no es difícil pues, hoy por hoy, cruzas un Campus Universitario y a la salida no te caben las licenciaturas en los bolsillos. También se crearía un cuerpo de docentes para que todos los sujetos inmersos en el plan de reeducación pudieran adquirir cierto nivel de conocimiento y esto es esencial puesto que el saber es lo que nos hace ser criaturas humanas.

      Sé que es difícil... pero esta utopía tendría visos de realización si ponemos en práctica dos conceptos: respeto y empatía. El respeto surge cuando vemos como iguales a los que nos rodean; y poner en práctica la empatía es fácil (no es necesario leer a Kant) pues consiste en tratar al prójimo como a tí te gustaría que te trataran... Lo dicho; no es difícil... manos a la obra.

Olas

      Al verano del 22 podíamos llamarlo "el verano de las olas"... El oleaje ha sido continuo: inflación, guerra ruso-ucrania, calor, y ahí vamos: la ola de calor. Parece que tenemos datos de las temperaturas en España desde los años 60 del siglo pasado y aunque, estadísticamente, haya habido otros veranos más calurosos a nosotros nos parece que el último ha sido el acabose... ¿Por qué? Según Rafa, nuestro tabernero, la respuesta es que estamos muy tiernos. Por estas tierras utilizamos una palabra que viene a significar lo mismo: "Aguarchaos". Decir de una criatura que está "aguarchá" sería como decirle que tiene poca sustancia, como si estuviera hecha de agua. (Por otros lares -en La Rioja, por ej.- le dicen "aguarchao" al que siempre tiene frío... y por aquí, al que siempre está tiritando, le decimos "entelerío".)

       Por supuesto no quiero decir que no haya hecho calor este verano, pero también es cierto que si estamos en casa con el aire acondicionado a 26 grados y salimos a la calle nos va a parecer que el calor es insoportable. De todos los tipos de olas habidas y por haber, si a mí me dieran a elegir me quedaría con dos: las alegres olas y el inevitable y festivo tsunami que provoca nuestra querida Amanda... y las que vienen y te besan los pies y se van y vuelven y te acarician la piel.

sábado, 15 de octubre de 2022

Castigos

       En esto de la educación, y más concretamente en la relación profesor-alumno, hubo un tiempo en el que se solía decir (alegremente las más de las veces) que "la letra con sangre entra". Hace ya más de 50 años que aprendí la tabla de multiplicar... Hasta el cinco la cosa fue bien pero con la tabla del seis empezaron las dificultades... Había otro compañero en la misa situación que yo y el maestro nos ponía de pie junto a su mesa de frente al resto de los alumnos y el se situaba entre ambos con los brazos extendidos y sus manos a la altura de nuestros cuellos; cuando notabas una leve presión de sus dedos comenzabas a recitar... seis por cuatro, veinticuatro; seis por cinco, treinta; seis por seis, treinta y seis; seis por siete... seis por siete... Al segundo titubeo ¡plaff! colleja, y seguía el otro... seis por siete, cuarenta y dos; seis por ocho, cuarenta y ocho; seis por nueve... seis por nueve... ¡plaff!... otra colleja que administraba D. Francisco y así hasta que muchos números y muchísimas collejas después llegamos al diez por diez, cien. ¿Victoria? ¿Liberación? No lo sé... pero ya no serviríamos de atracción para los compañeros.

      Cuando hice 4º de primaria los sábados por la mañana teníamos clase... bueno, clase clase, no: el maestro leía el evangelio del día y nosotros hacíamos un resumen y un dibujo relacionado con la lectura divina... y después íbamos a misa. Como D. Andrés se encargaba de preparar la capilla nos dejaba solos y cuando volvía le enseñábamos lo que hecho. Pero un día... un día cuando regresó nos pilló en plena batalla de bolas de papel. No dijo nada. Se sentó y rebuscó en los cajones de la mesa. Cogió un compás de madera de los que se utilizan para dibujar en las pizarras y nos fue llamando uno a uno y si no habías terminado la tarea extendías la mano y allí el maestro descargaba un golpe con el compás. Cuando terminó nos dijo que termináramos lo del evangelio... Era tanto el dolor que tuve que ayudarme con la otra mano para poder sujetar el lápiz.

      En ninguna de estas ocasiones brotó sangre alguna de mi cuerpo pero en mi alma siempre habrá algunas gotas.

sábado, 2 de julio de 2022

Debates

      Cada vez que se acerca un campeonato de fútbol, ya sea Eurocopa o Mundial, el único asunto que merece la categoría de noticia es la lista de los jugadores elegidos y la rueda de prensa posterior del seleccionador. Será porque la espera se hace muy larga , en los medios de comunicación aparecen debates que nada tienen que ver con el deporte del balón redondo. En 1978, en el mundial argentino, el de Videla, el debate periodístico giró en torno a la elección de la residencia de nuestro equipo: se llamaba La martona y hubo consenso al señalar que era más un nombre para una casa de lenocinio que para el lugar de estancia de nuestros abnegados jugadores. Cuatro años después, en España, las estrellas fueron Naranjito y el árbitro del partido contra Honduras: señaló un penalti cuando Perico Alonso estaba más cerca de la linea del centro del campo que del área rival. En las eurocopas ha habido algunos asuntos extradeportivos... que si un portero se lesiona con un bote de colonia, que si Ljumberg (delantero centro de Suecia) dice que antes de un partido no puede practicar sexo porque se le quedan los pies dormidos... Sobre este punto el análisis de Jorge Valdano fue genial: El desencuentro de Ljumberg con el balón es una cuestión más del pie que del pito. En el eterno debate sobre la incidencia del sexo en el rendimiento deportivo tenemos un ejemplo paradigmático: el mundial de Alemania de 1974. Los equipos que llegaron a la final estuvieron conviviendo con sus seres queridos desde la concentración hasta que acabó el campeonato. En la final, como casi siempre, ganó Alemania a los chicos de la Naranja mecánica. Ahora, en esta larga espera para el mundial de Qatar, ya tenemos otro debate... Las autoridades cataríes han recordado y proclamado urbi et orbe que la legislación del emirato prohíbe las relaciones sexuales fuera del matrimonio y que, si se diera el caso, las penas pueden llegar a los siete años de cárcel... ¿Se imaginan a jugadores del tipo de Romario o Mágico González negándose a ir al campeonato? ¿En Qatar van a alojar a las parejas de los jugadores en otro hotel? ¿Cómo van evitar los posibles contactos? No sabemos si futbolísticamente este mundial va a aportar algo, pero lo que es seguro es que va a resucitar en todo su esplendor una figura: el eunuco.

martes, 21 de junio de 2022

Pueblos

      A este artículo le iba a llamar civilizaciones pero una vez que eché un vistazo a los pueblos que, en uno u otro momento, han visitado la península ibérica vi que algunos de ellos de civilizados no tenían mucho. Es cierto que con los musulmanes se vivió un periodo en el que florecieron las artes y las letras pero también se dedicaron a fabricar lanzas, escudos y alfanjes y a limpiarlos de sangre después de las batallas. Los visigodos nos dejaron una enorme lista de reyes para memorizar en la escuela y tampoco eran unas cándidas almas: ayudaron a los romanos a derrotar a francos y suevos y, ya que estaban metidos en faena, mandaron a casa a legionarios y funcionarios de Roma, y seguro que en la despedida no hubo ni besos ni abrazos ni lágrimas de emoción. A los romanos los podemos comparar con el Ministerio de Obras Publicas: carreteras, acueductos, arcos de triunfo, anfiteatros... y también coliseos. ¿Qué grado de civismo hay en unas criaturas que van a ver un espectáculo en el que lo primero que oyen es...  Ave Caesar, morituri te salutant?. De los cartagineses siempre nos viene a la memoria el famoso pastor lusitano que era un crack en el manejo de la honda pero parece que, en aquellos tiempos, liarse a pedradas no era suficiente y echaron mano de artefactos más contundentes. Sin embargo hubo otros pueblos que, al recordarlos, resultan placenteros... Oyes o lees la palabra celtas y escuchas gaitas y Veinte de abril del noventa, hola chata ¿como estás?, y vuelves a aspirar el humo de aquellos cigarrillos fumados a escondidas... ¿Y los fenicios? No encuentro nada que pueda echarles en cara: nos dejaron las salazones para conservar comida, el torno de alfarero para fabricar cacharos y el tinte púrpura para dar color a los ropajes y salir a la calle maqueaos... Y además ¿qué se le va a reprochar a unas criaturas que fundan una ciudad y le ponen de nombre Sexi?

 (Este artículo no hubiera visto la luz sin la inestimable ayuda de José Manuel Ramírez. Muchas gracias)