No creo que a estas alturas sea necesario subrayar la importancia de saber idiomas pero, aún teniendo conocimientos de otras lenguas, hay que tener mucho cuidado con las traducciones... Hace tres décadas entrenaba al Sevilla Carlos Salvador Bilardo; durante un partido de la liga española cayó lesionado un jugador del equipo rival y el masajista del equipo hispalense saltó al terreno de juego para atenderlo. Desde el banquillo Bilardo se desgañitó gritando: A ése no, que ése no es de los nuestros... a ése písalo, písalo. Unos meses más tarde juega el Real Zaragoza un partido de competición europea contra un equipo británico... Durante el desarrollo del juego se lesiona un jugador inglés y los aficionados zaragocistas comenzaron a cantar: Písalo, písalo, písalo... Los comentaristas de una cadena de televisión británica dijeron a sus oyentes: ¡Qué maravilla, qué deportividad! Nuestro jugador se retuerce en el suelo de dolor y el público grita "peace and love, peace and love".... Me parece que la intención del público de La romareda no era ese precisamente.
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